Dulce la sombra escribe en renglones de alambres oxidados, la canción de los agobios, el cantar de los olvidados. Durante la fría noche, mientras la luna ilumina sus pupilas , sólo pueden pensar en silencio, sólo recordar otros momentos, aquellos que cuando la vieja juventud sus hormonas organizaba, eternos los veía y el final lejano esperaba. Pero el tiempo es paciente, su mano alargada, y mientras intentas descubrir cual es su jugada él cambia, mueve su ficha y te encuentras con la espalda en la piedra y la cana barba desaliñada.
No son lo niños los únicos que sueñan despiertos, no los únicos que su realidad cambian, también aquellos que el alcohol embota, que el hambre acompaña. Sueñan en tiempos pasados en infancias lejanas ya que del futuro no esperan mas que una muerte rápida.
La ropa, cual historiador omnipresente de su desgraciada vida, constata al mundo sus miserias, demuestran cuales son sus andanzas, mienrtas los escudos que supuran los golpes de su desnudez juegan y se esconden entre manchas podridas de nuestra sociedad.
La humanidad no funciona no nos merecemos existir cuando al vagabundo se le golpea y al perro se le da abrigo y casa donde vivir...
Profundo a más no poder.
ResponderEliminarPero amén.
¿No te has dado cuenta de que vivimos en el paraíso artificial de lo políticamente correcto?
ResponderEliminarNos duele ver el sufrimiento de los animales mientras vemos sin que se nos mueva un músculo de la cara escarbar a nuestros congéneres en los contenedores de las desperdicios.